31-08-2008 | La Capital, Rosario
Para el obispo metodista Pagura, se atraviesa una "crisis civilizatoria"
"La merma del número de creyentes que arroja la encuesta de Fortunato Mallimaci refleja que vivimos un tiempo de crisis, no sólo local sino universal: estamos frente a una crisis civilizatoria porque se ha agotado el modelo de civilización que se construyó en gran parte con fundamentos cristianos, con participación de elementos religiosos antiguos y modernos. Estas estructuras sociales, políticas y económicas están entrando en una profunda crisis. Nos estamos cuestionando y nos tiene a todos en vilo por la guerra y la violencia extendidas en formas muy crueles, que no creíamos que existieran y nos sorprenden", sostuvo el obispo emérito de la Iglesia Evangélica Metodista Argentina, Federico Pagura, nacido hace 85 años en Arroyo Seco.
La encuesta del Conicet revela complejos procesos de desinstitucionalización religiosa y de individualización y recomposición de la creencia. "Es también una desestructuración que hace la gente. Las instituciones religiosas deben admitir con profunda humildad que no se agotan la fe, el amor, la expectativa y la esperanza en las estructuras religiosas eclesiásticas sino que hay una religiosidad en personas inimaginables. Hace muchos años, con un grupo visitamos a Alfredo Palacios, el primer diputado socialista por el barrio de la Boca, en su exilio en Montevideo. Cualquiera habría pensado que Palacios era un agnóstico o un ateo por su relación casi nula con la religión, pero la gran sorpresa fue hallar sobre su mesita de luz una Biblia toda marcada y escrita, que leía diariamente. Palacios no iba a ninguna iglesia, pero leía la Biblia. Los grandes libros escritos por grandes dirigentes religiosos no están encerrados en templos o bibliotecas sino en la conciencia de los pueblos", aseguró Pagura.
Sentimiento religioso. La mayoría de los encuestados cree que se puede ser un buen religioso sin ir a la iglesia. "Hay un sentimiento religioso y referencial ante la vida, pero sofocado por formas religiosas muy pesadas y alejadas de la realidad de cada día. Los creyentes o cristianos tenemos que tener humildad porque el amor genuino, la vida generosa y la entrega ya no pueden encerrarse en una pequeña capilla o en una gran catedral".
¿Por qué la gente va menos a la iglesia?, preguntó el Conicet. "En algunos casos se debe a cierto rechazo o cansancio por ceremonias demasiado rituales", advirtió Pagura.
El hombre, creyente por esencia y racionalidad
"El hombre por esencia y racionalidad es creyente, pese a que muchas veces le escapa a la responsabilidad", indicó el rabino Tzvi Grunblatt, director general del movimiento ortodoxo argentino Jabad Lubavitch, al ser consultado por la Agencia Judía de Noticias (AJN) sobre los resultados de la investigación realizada por el Conicet.
"El hombre sabe que la capacidad humana tiene un límite, sabe que hay algo más allá que organizó. El hombre no es un cúmulo de células", afirmó. El religioso explicó que "hay veces que el hombre no entiende y se confunde y cree en cosas que tiene más cerca, pero Dios es abstracto.
"La comunidad judía es igual a lo general de la sociedad, hay gente que se aleja porque tuvo una mala experiencia o por alguna persona religiosa, entonces se produce el fenómeno", agregó.
En tanto, Abraham Skorka, rabino de la Comunidad Benei Tikva y rector del Seminario Rabínico Latinoamericano, se mostró cauto en relación a la estadística y pidió primero reflexionar sobre "qué se entiende por la palabra Dios. Lo segundo es pensar cómo manifiestan esas personas el credo en Dios: en la Torá es haciendo lo justo, lo correcto y lo piadoso", resaltó.
Respecto del crecimiento de la creencia en Dios pero sin acudir a los templos, el rabino Skorka señaló que "la búsqueda de Dios se manifiesta desde la soledad, pero también es importante buscar a Dios en comunidad".
Radiografía de la relación que los argentinos tienen con la fe
Una encuesta de investigadores del Conicet sobre creencias y actitudes religiosas de los argentinos reveló que la sociedad está frente a una compleja recomposición de la forma en que profesa su fe, cambio que evidencia, además, una reformulación frente a las instituciones, tanto sean confesionales como gubernamentales.
Religiosos consultados por La Capital sobre la cuestión han coincidido en que existen cambios visibles en el modo en que la gente se relaciona con la religión (cualquiera sea el credo) y que hay una "desinstitucionalización" de la profesión de la fe.
También se sostiene que se está ante una forma de la crisis de la sociedad que involucra a estructuras liminares, que dejan "desamparada" a la gente.
El estudio del Conicet reveló que el 90 por ciento de la población dice creer en Dios y el 95 por ciento de ellos bautiza a sus hijos, pero ha crecido en gran medida la cantidad de personas que son indiferentes a las observancias religiosas.
También resulta relevante que, en el caso de los católicos, la transmisión de la fe se apoya en la familia (el 64 por ciento en la región central del país).
"A mi manera". "Cuando se le pregunta a la gente a quién consulta cuando tiene problemas, la mayoría responde que acude a la familia, no a un sacerdote o a un rabino", dijo el investigador Fortunato Mallimaci, quien dirigió la encuesta sobre creencias y actitudes religiosas de los argentinos.
Según el estudio, "soy religioso a mi manera" y "me relaciono con Dios sin intermediarios" son frases que resumen las formas de vivir la religión una buena parte de la sociedad argentina contemporánea. "Estamos frente a complejos procesos de desinstitucionalización religiosa e individualización y recomposición de las creencias", señaló Mallimaci. También resaltó que el principal ritual observado es el rezo en el propio hogar. Ocho de cada diez encuestados piensan que "se puede ser buen religioso sin ir a la iglesia o templo".
"El trabajo está en su primer año. Es una profunda investigación que en otras etapas tomará el tema por grupos religiosos, ciudades, edades", entre otras cuestiones, precisó.
Mallimaci aclaró que algunos medios indicaron que un "sólo un 23,8 por ciento de los consultados afirmó asistir frecuentemente a misa, pero ese porcentaje se refiere a los que van a los diversos cultos, en general, no sólo los católicos".
En tanto, la consulta indica que el sector que más creció es el de los que se mantienen indiferentes respecto de la profesión de fe (un 11 por ciento). "Aunque ello no llega a implicar una retirada de la religión, ya que hay una marcada creencia en la sociedad", indicó el investigador.
La encuesta fue realizada por 45 investigadores, docentes y becarios, sobre 2.400 casos de distintas regiones y poblaciones del país.
"Los últimos censos nacionales en los que se preguntó por el tema fueron los de 1947 y 1960. A veces parece que no había intención en investigar para no competir entre los distintos credos, pero en los colegios se pregunta sobre el tema", señaló Mallimaci, de 58 años y ex decano de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
Por otra parte, adelantó que al presentar el trabajo en la Cancillería, la Secretaría de Culto de la Nación se comprometió a incluir en el próximo censo lo relativo a las creencias religiosas.
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