"Este Gobierno no se inmiscuye en las cuestiones internas de la Iglesia"

Guillermo Oliveri

"Este Gobierno no se inmiscuye en las cuestiones internas de la Iglesia"

18-07-2010 /  El secretario de Culto de la Nación habla de la relación entre el Estado y la Iglesia Católica, en una semana donde se reflejó su poder de presión en la discusión por el matrimonio igualitario. Además, explica cómo es el mapa religioso de la Argentina

“El argentino es creyente”, afirma el secretario Guillermo Oliveri
En una semana donde la estructura de la Iglesia Católica, junto a otros cultos, desplegó toda su artillería para frenar la Ley de Matrimonio Igualitario, surgió la pregunta de siempre: ¿Hasta donde hay en la Argentina una separación clara entre Estado e Iglesia? El artículo 2 de la Constitución Nacional establece que "El Gobierno federal sostiene el culto católico apostólico romano". Y ese "sostenimiento" abre múltiples interrogantes, sobre todo en una Nación que se pretende laica. De esa relación habla el secretario de Culto de la Nación. 
-¿Cuál es la relación real entre el Estado argentino y la Iglesia Católica?
-Depende del sentido. En el vínculo entre el Estado con una Institución, es una relación muy buena, correcta. Lo cierto es que éste no es un gobierno que se inmiscuya en las cuestiones internas de la Iglesia. Y pretende que también haga lo propio a Iglesia con las decisiones políticas del Gobierno. La relación al día de hoy es cordial.
-Más allá de los enfrentamientos públicos entre el Gobierno y algunos dirigentes de la Iglesia, como Jorge Bergoglio, ¿la relación del Estado en sí mismo con la Iglesia es buena?
- Eso se puede ver, por ejemplo, en las provincias, o acá mismo. Todos perseguimos el bien común), tanto los hombres que tenemos función de Estado, de los niveles más bajos hasta los más altos, y por supuesto los dignatarios religiosos en su enorme mayoría. No lo llamaría enfrentamientos. En todo caso, si nos referimos a la sanción de la Ley  (de Matrimonio Igualitario), se trata de una decisión del Congreso de la Nación, del Senado en particular, y es algo que tiene que ver con el Código Civil, más allá del pensamiento de cada uno sobre la religiosidad o la incidencia, son dos cosas muy distintas. Hay que respetar desde el punto de vista espiritual, pero está claro que lo de esta semana ha sido una sanción fundamental, ejemplar. Es una de las primeras sanciones fuertes del siglo XXI en la Argentina y en Latinoamérica.
- ¿Hubo dentro de la Secretaria de Culto algún tipo de lobby por parte de la Iglesia para tratar de frenar el proyecto?
-En el caso nuestro, no. La relación de la Secretaría no pasa por esos canales. Evidentemente, cuando un poder del Estado, como es el Congreso de la Nación, ya tiene en tratamiento una ley y si hay algún tipo de "presión", lobby ( hubo reuniones públicas en todas las provincias) pero nada se hizo oculto. Y si se hizo, no fue en este lugar, por supuesto.
- Hace un tiempo atrás la Secretaría de Culto hizo una encuesta, dirigida por Fortunato Mallimaci, para entender cómo estaba distribuido el mapa de la religiosidad en la Argentina. De ella se deduce que alrededor del 76% de los argentinos se definen como católicos apostólicos romanos...
-Si, la encuesta fue abarcativa, donde se analizaron más de dos mil casos en todo el país.
-Lo que sí se nota en esta encuesta y otras que ha hecho la Conferencia Episcopal, es que hay muchos argentinos que se definen a sí mismos como católicos, pero con muy poca participación activa en la Iglesia.
-La participación de los ciudadanos de acuerdo a las encuestas, y lo digo con conocimiento de causa, no se refleja en la cotidianeidad de los actos religiosos. Eso tiene que ver más con la relación que tiene el ciudadano con el ser superior, con Dios. No es solamente una muestra desde la Iglesia Católica, sino que se refleja en la mayoría de los cultos, donde hay aumento de la participación los domingos, el día más importante.
-La Constitución Nacional en el artículo 2 establece que el Estado argentino debe sostener el culto católico apostólico romano. Esto fue establecido a partir de 1822, el Estado expropia los bienes de la Iglesia y a partir de eso, queda en la obligación de sostenerlo. ¿Fue Así?
- Efectivamente, sucedió durante la presidencia de (Bernardino) Rivadavia y después se incorpora en la Constitución. Por supuesto que en la reforma constitucional de 1994 no fue modificado y sigue hasta el día de hoy. Con el resto de los cultos que se registran, es decir, aquellos que tienen relación con el Estado, se realiza una inscripción en la Secretaría y en el Registro de Cultos en particular. Lo que el Estado ejerce en nuestro país es permitirle la excención impositiva, en el punto que está registrado y tiene actividad propia en todo el territorio nacional. En otros países, si hacemos una legislación comparada,  el Estado, de forma proporcional, también subvenciona con determinado monto de subsidios anuales a diversas iglesias o confesiones religiosas. Sobre todo, en la actividad social o educativa que desarrollan.
-¿Cuántos son los fondos que destina el Estado nacional a la Iglesia Católica?
-Este año, ese monto ronda los 32 millones de pesos.
- ¿Y en concepto de qué se pagan?
-En concepto de asignación a los obispos, a los obispos eméritos, a los sacerdotes de fronteras y a los seminarios.
-En el caso de los obispos, la ley establece que se trata de un valor del 80% de lo que recibiera un juez de primera instancia. Estaríamos hablando de unos 12 mil o 13 mil pesos.
-En realidad es menos, el sueldo se encuentra debajo de eso. Tiene que ver también con el presupuesto que se le asigna a la Cancillería y a la Secretaría en particular.
- En cuanto al sostenimiento (esos 32 millones de pesos), desde la Conferencia Episcopal trataron de minimizar la gravitación de este dinero en cuanto a las necesidades o movimientos de la Iglesia Católica ya que señalan  que sólo representa el 7% de sus recursos…
-Probablemente si. Es un trabajo, que si no me equivoco lo hizo monseñor (Carmelo) Giaquinta un tiempo atrás. Es probable que se trate de una cifra pequeña para una Iglesia tendida por toda la Argentina. La Iglesia Católica, como el resto de las iglesias, no se nutre de los aportes del Estado. Existen donaciones, propiedades sobre las que cada iglesia trabaja. El aporte del Estado es oficial y es público, y probablemente resulte ese porcentaje del que habla monseñor Giaquinta.
-Como secretario de Culto, y de acuerdo a su experiencia ¿Cómo definiría la situación en la Argentina en cuanto a la creencia de sus ciudadanos? ¿El argentino es muy creyente, se está perdiendo la fe?
-El argentino es creyente. De acuerdo a la encuesta que usted mencionaba del CONICET, hay un 10% o 9% de la población que son agnósticos o ateos. Eso quiere decir que hay un 90% de los argentinos que cree en Dios. Después, en cuanto a la práctica religiosa, de la que hablamos al principio, se da de forma diversa. Después, surgen cultos que tienen una raíz cristiana, pero que no necesariamente tienen que estar avalados por la Iglesia Católica. Hablamos de fenómenos como el Gaucho Gil o la Difunta Correa que son cultos de las provincias que adhiere gente católica o de otra confesión, que además, participa de ese mes o ese año, que es cuando se realiza ese culto principal.

1 comentario:

Julio-Debate Popular dijo...

Que bueno que la iglesia no entre en todos los temas de la vida social . Creo que primero antes de que pade pasar eso tendría que haber otro concilio de Nicea y ponerse de acuerdo en que hemos evolucionado desde entonces y si la iglesia se puede adaptar a los nuevos tiempos para reforzar el mensaje y no quedarse tanto en tecnicismos antiguos.