Llega el "Kamasutra católico", con consejos de un fraile polaco
El libro aborda de modo desacartonado la sexualidad dentro del matrimonio.
Por: Sergio Rubin
Los católicos argentinos más pacatos quizá se sonrojen cuando puedan acceder en las librerías de todo el país a lo que, no sin cierta osadía, fue bautizado como el "Kamasutra católico". Porque desde hoy saldrá a la venta, editado por Lumen, el libro "Sexo como Dios manda" del fraile polaco Ksawery Knotz, que se está haciendo famoso en todo el mundo por abordar de modo descarnado la sexualidad del recto matrimonio católico.
Es que -como Knotz dice de entrada echando por tierra preconceptos ancestrales- "Dios está interesado en una vida sexual feliz y en esos momentos brinda todos sus dones". Porque -añade- no faltan aquellos católicos que "cuando oyen hablar de la santidad del acto conyugal de inmediato imaginan que el sexo debe estar privado de alegría, jueguitos frívolos, fantasías y posiciones agradables. Que tiene que ser tan triste como las canciones sacras tradicionales", agrega lindando con la irreverencia.
A Knotz -radicado en un monasterio del sur de Polonia-, su falta de experiencia por ser célibe no le impide aconsejar porque cree contar con una vasta experiencia de "segunda mano" en base al acompañamiento espiritual que brinda a numerosos matrimonios. Puede afirmar que durante el actoo sexual "los esposos pueden demostrarse amor de todos los modos, brindarse incluso las caricias más rebuscadas y recurrir a la estimulación manual u oral".
Knotz es aún más explicito: "La excitación de los órganos sexuales con la ayuda de los labios o de la lengua como elemento del juego previo es moralmente admisible y no se debe buscar pecado en tales conductas". Eso sí: afirma que "el momento más significativo y culminante es el de la penetración. Es el momento de la unión, de ser 'una sola carne' no sólo en el sentido de la mayor proximidad física, sino también de la unidad psicológica y espiritual"
En aras de una mayor satisfacción de la mujer que le facilite llegar al orgasmo, no faltan algunos consejos prácticos. Por ejemplo, para tener más erecto el miembro. O, en su defecto, el señalamiento de que el hecho de que "el amor del marido por su esposa lo obliga a que después de su propia satisfacción acaricie la vulva y el clítoris hasta que ella alcance el orgasmo". Tampoco omite la importancia que tiene para la mujer el clima previo. Llega a recomendar el "baño de a dos", el uso de ciertos perfumes y hasta comida que predisponga mejor.
Es que -como Knotz dice de entrada echando por tierra preconceptos ancestrales- "Dios está interesado en una vida sexual feliz y en esos momentos brinda todos sus dones". Porque -añade- no faltan aquellos católicos que "cuando oyen hablar de la santidad del acto conyugal de inmediato imaginan que el sexo debe estar privado de alegría, jueguitos frívolos, fantasías y posiciones agradables. Que tiene que ser tan triste como las canciones sacras tradicionales", agrega lindando con la irreverencia.
A Knotz -radicado en un monasterio del sur de Polonia-, su falta de experiencia por ser célibe no le impide aconsejar porque cree contar con una vasta experiencia de "segunda mano" en base al acompañamiento espiritual que brinda a numerosos matrimonios. Puede afirmar que durante el actoo sexual "los esposos pueden demostrarse amor de todos los modos, brindarse incluso las caricias más rebuscadas y recurrir a la estimulación manual u oral".
Knotz es aún más explicito: "La excitación de los órganos sexuales con la ayuda de los labios o de la lengua como elemento del juego previo es moralmente admisible y no se debe buscar pecado en tales conductas". Eso sí: afirma que "el momento más significativo y culminante es el de la penetración. Es el momento de la unión, de ser 'una sola carne' no sólo en el sentido de la mayor proximidad física, sino también de la unidad psicológica y espiritual"
En aras de una mayor satisfacción de la mujer que le facilite llegar al orgasmo, no faltan algunos consejos prácticos. Por ejemplo, para tener más erecto el miembro. O, en su defecto, el señalamiento de que el hecho de que "el amor del marido por su esposa lo obliga a que después de su propia satisfacción acaricie la vulva y el clítoris hasta que ella alcance el orgasmo". Tampoco omite la importancia que tiene para la mujer el clima previo. Llega a recomendar el "baño de a dos", el uso de ciertos perfumes y hasta comida que predisponga mejor.
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